martes, 28 de febrero de 2017

Musicograma de Piratas del Caribe

He's a pirate

Soc Vicent i ací vos deixe el meu treball sobre la musicograma, espere que vos agrade la peça escollida i que siga intuïtiva i comprensible!




lunes, 27 de febrero de 2017

ENTREVISTA A MAURICIO WEINTRAUB



Hola a todos, desde la clase de Creatividad y música nos hemos propuesto conseguir una serie de entrevistas a lo largo del curso las cuales influyan y ayuden de alguna forma a los músicos.
Por tanto, cuando supimos que Mauricio Weintraub impartiría una conferencia el día 21 de febrero de 2016 en nuestro conservatorio acerca del miedo escénico, consideramos que era una buena oportunidad para profundizar en este tema que afecta e influye de forma considerable en los músicos.
Mauricio W. es un psicólogo y músico argentino que decidió estudiar y especializarse en el miedo escénico y ha dedicado su carrera a esta labor.

Desde el primer momento que nos pusimos en contacto con él no dudó en explicarnos y acercarnos a este mundo de una manera amena e interesante. Antes de que leáis la entrevista propuesta, creemos que ésta nos ha servido de forma grata ya que, como veréis, propusimos una entrevista encaminada y dirigida a la problemática que experimenta el intérprete con el miedo escénico pero, tras conceder la entrevista, nos hemos dado cuenta que este miedo es tan solo un síntoma que alarma al músico de un posible problema pero, que en ningún momento es entendido como un problema en sí.

A continuación, os presentamos la entrevista que nos concedió:

ENTREVISTADORA (E.): ¿Qué hecho o circunstancia te hace interesarte por el miedo escénico?
MAURICIO WEINTRAUB (M.W.): En principio, mi propio miedo escénico. La primera experiencia la tuve a los 7 años cuando me quedé ciego ante una partitura que tenía que cantar durante un examen. Como la sabía de memoria y cantaba bien nadie se dio cuenta y me pusieron un 10. Por supuesto yo no pude entender como a todos les había gustado tanto algo en lo que yo me había sentido tan mal.
El miedo continuó más o menos de la misma manera durante toda mi carrera. Terminé el Conservatorio Nacional a los 19 años y me recibí como profesor superior siempre tocando con mucho miedo. Como estudiaba mucho en los exámenes me iba bastante bien, aunque la pasaba bastante mal. Después de eso fui tratando de evitar los momentos de exposición hasta que a los 27 años estaba en una orquesta y allí se decidió que todos los integrantes teníamos que rendir una prueba para revalidar el puesto. Como era mi lugar de trabajo no podía no rendirla entonces tuve que aceptar que tendría que afrontar el tema. En ese momento hacía uno o dos años que ya estaba haciendo terapia pero nunca había llevado el tema de miedo escénico a la terapia. En ese momento lo llevé y entonces, a través de la terapia y de la manera en que la psicóloga (que no era música ni sabía nada de música) comenzó a abordar ese tema, se abrió para mí un universo inconcebible y pude ver cómo el miedo escénico no era algo que sólo me pasaba en el escenario sino en muchos otros órdenes de mi vida. Ese trabajo duró mucho tiempo aunque al poco tiempo ya comencé a sentirme diferente en el momento de tocar, tanto que gané esa prueba en la orquesta.
Más adelante cuando comencé a sentir que el miedo escénico se había transformado en mí decidí dar un pequeño curso de uno o dos días para músicos a los que les pasara lo mismo que a mí me había pasado. Pensé que vendrían 4 o 5 músicos y para mí sorpresa comenzaron a contactarme muchísimos músicos de todos los niveles a los que le pasaba algo similar. Allí comencé a darme cuenta de que esta problemática es increíblemente frecuente entre los músicos y es secreta, a la mayoría le pasa y casi nadie lo dice. Eso fue en 2002 y desde ese momento una buena parte de mi actividad está relacionada con este tema.


E.: ¿Sufriste este tipo de miedo en alguna etapa de tu vida musical? ¿Cómo lo solucionaste?
M. W.: Está respondido en la respuesta anterior. Sólo agregaría que el miedo escénico no es algo que se soluciona, porque no es un problema. Es la señal que indica que hay una serie de desencuentros conmigo mismo. Desencuentros en la manera de tratarme, desencuentros con mi deseo musical profundo de expresar-me en el momento de tocar y desencuentros con quién es el destinatario final de mi presentación. Cuando estos desencuentros comienzan a dejar de suceder (a través del trabajo en este sentido), la señal comienza a no encenderse.
En definitiva, si podemos escucharlo verdadera y profundamente, el miedo escénico es nuestro mejor amigo.


E.: ¿Consideras el miedo escénico como un hecho natural que todo músico debe sufrir alguna vez o, por el contrario, crees que el miedo escénico es un miedo incompatible con la vida del músico?
M. W.: Hay un temor que el ser humano experimenta ante todo lo desconocido. Es un temor natural y saludable, esperable. Así como el bebé nace llorando, toda persona experimenta temor ante algo que no conoce. Esto ocurre también con el músico cuando comienza a tocar, muchas veces hay un temor natural, y lo esperable es que este temor se vaya disolviendo con las presentaciones
Sin embargo, cuando este temor no disminuye sino que se mantiene o aumenta y además afecta sustancialmente el disfrute y/o al rendimiento estamos hablando de lo que habitualmente se considera Miedo Escénico. En este sentido este Miedo Escénico no es natural, no pertenece esencialmente a la vida musical y no es cierto que deje de aparecer sólo por estudiar más o presentarse más veces ante el público.
Este miedo escénico debe trabajarse con profesionales que sepan cómo trabajarlo.


E.: ¿Afecta a más profesiones o en otras circunstancias que no sea en músicos en conciertos?
M. W.: Sí, por supuesto, puede afectar a cualquier persona cuya profesión tenga que ver con la exposición (artistas en general, docentes, expositores, conferencistas, etc.)

E.: ¿Cuáles serían los síntomas?
M. W.: Los síntomas varían pero en general se ven afectadas las partes del cuerpo que el músico necesita para tocar. Aunque por supuesto puede haber muchos otros síntomas como por ejemplo la sudoración, el temblor, la laguna en la memoria, la falta de aire, etc.


E.: Cómo estudiante de magisterio, he estudiado acerca de los miedos que pueden surgir en el aula y, sobre las técnicas de extinción gradual, en las que el alumno se somete a la situación de pánico de forma progresiva. ¿Aconsejas a los músicos con miedo escénico este tipo de técnicas o, por el contrario, consideras que deben enfrentarse a su miedo de forma total desde el primer momento?

M. W.: No estoy ni a favor ni en contra de las técnicas de extinción gradual así como de muchas otras técnicas que se utilizan para disminuir el temor. Todas son técnicas para disminuir el síntoma, pero no para saber sus causas y, en este sentido me parece bien.
Sin embargo, sí estoy en desacuerdo con la mirada a partir de las cuales se proponen muchas veces (no siempre) estas técnicas y que parten de la base de que el síntoma (en este caso el miedo) es el problema. Yo creo que el síntoma no es el problema sino que es la señal que indica que hay un problema. Como parto de esta base, creo que si se extingue la señal pero no se soluciona el problema volverán a aparecer la misma u otras señales y de manera más fuerte. Como decía mi maestro Norberto Levy (un psiquiatra argentino con quien tuve el placer de formarme, entre otros) “si cuando aparece la luz que nos indica que nos estamos quedando sin gasolina confundimos la señal (síntoma) con el problema, haremos algo para que la señal se apague y entonces es más probable que nos quedemos sin gasolina en el medio de la ruta”.
Haciendo otra analogía creo que combatir la señal es tratar de apagar el incendio: No me parece mal pero si siempre me estoy incendiando además de apagar el incendio es fundamental tratar de entender por qué siempre me estoy incendiando, para poder no incendiarme más.


E.: El miedo escénico, ¿de dónde proviene, porque razones suele aparecer? Desconfianza, vergüenza, timidez, etc.
M. W.: Aparece por tres cuestiones básicas:
1.    Maltrato interno (fundamentalmente cuando el músico siente que no tocó como él esperaba hacerlo)
2.    Casi exclusiva atención del músico al aspecto técnico y casi ninguna intención de expresar-se emocionalmente a través de la obra.
3.    Tocar con la intención de que a otro (y no a sí mismo) le guste y, consecuentemente, le dé algo a cambio (una nota, una buena crítica u opinión, un puesto, un premio, un aplauso o, simplemente, cariño)


E.: ¿Es posible, durante la etapa de músico, sufrir miedo escénico durante un periodo pasado después de haber actuado de forma frecuente ante un gran público? Es decir, ¿cuándo suele aparecer?
M. W.: El miedo escénico puede aparecer antes de una presentación (desde una hora hasta un año antes o más), durante una presentación o después de una presentación (en forma de crítica interna). Es decir, el miedo escénico puede aparecer cada vez que el músico se piensa como músico.


E.: Qué ha sido lo más raro que le haya comentado que ha hecho un músico para evitar tener miedo escénico?
M. W.: No sé si lo más “raro” pero recuerdo un alumno que ahora es profesor y da conciertos permanentemente que me contaba que su máximo temor era orinarse en un escenario. Por supuesto esto nunca le había ocurrido pero temía estar tocando y sentir ganas de orinar. Ese temor fue cediendo cuando él comprendió que, si llegara a pasarle, la salida era ir al baño independientemente de si alguien se enojaba por esta situación. Es decir, a medida que él fue pudiendo priorizar (o, simplemente, “querer más”) a esa parte interna que, quizá, tendría ganas de orinar ante el hipotético público que se enojaría por eso, fue dejando de temer que eso sucediera.
Porque en definitiva esa es, quizá, la enseñanza más importante (entre muchas otras) que el miedo escénico pueda darnos: Poder querernos más allá de no ser como quisiéramos ser (o como otros quisieran que fuéramos), y es en este “poder querernos” como vamos accediendo cada vez más a ser como quisiéramos ser.

Además, a continuación os adjuntamos algunas fotografías de la conferencia llevada a cabo la semana pasada con Mauricio:



Desde el Conservatorio Ciutat de Moncada, queremos agradecer a Mauricio Weintraub su atención y dedicación así como la gentileza mostrada al atendernos en esta entrevista regalándonos su tiempo. Así mismo, animamos a los lectores a conocerle un poco mejor y a leer alguno de sus artículos y libros, como “El sentido del miedo escénico” o “¿Por qué no disfruto en el escenario? En busca de la comprensión y transformación de las emociones displacenteras en el momento de hacer música”, así como a visitar su página web.

domingo, 26 de febrero de 2017

MUSICOGRAMES

Hola a tots, avui us parlarem sobre els musicogrames...

Un musicograma es pot considerar un gràfic o un dibuix el qual ens serveix per comprendre millor la música i poder escoltar-la de forma més activa.

Aquests musicogrames solen ser emprats desde edats ben prontes ja que és un bon element didàctic per aconseguir que els nens puguen entendre millor la música.

Però, no sols són emprats en edats tan petites, també poden ser utilitzats per simplificar obres amb un grau més elevat de complexitat.

Per tant, ací us deixe dos exemples d'aquests, un per als més petits i d'altre d'una coneguda obra musical; espere que us agrade! Salutacions.









jueves, 9 de febrero de 2017

Doblatje dibuixos animats

Hui en creativitat (9-2-17) hem fet una cosa diferent: hem fet doblatje a temps real d'un capítol de dibuixos animats, seguint els pasos de mickey mousing. Com a consigna, només podien utilitzar utensilis "d'anar per casa". Vos deixe un fragment per si voleu vore'ls...



jueves, 2 de febrero de 2017

Refranes musicales

En esta entrada os presentamos la revisión de los refranes de toda la vida pero adaptados a los músicos. Si tenéis alguna sugerencia más, no dudéis en compartirlos con nosotros.

- En abril, obras mil (En abril, aguas mil)

- Buen compositor, pocas notas le fallan (A buen entendedor, pocas palabras bastan) 

- A grandes males, grandes composiciones (A grandes males, grandes remedios)

- Al mal tiempo, buena música (Al mal tiempo, buena cara)

- Aunque la mona se vista de seda, trompeta se queda (Aunque la mona se vista de seda, mona se queda)

- Partitura grande, suene o no suene (Burro grande, ande o no ande)

- Quien a buen músico se arrima, de buena música se contamina (Quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija)

- Dos no afinan si uno no quiere (Dos no discuten si uno no quiere)