Hola a todos, desde la clase de Creatividad y música
nos hemos propuesto conseguir una serie de entrevistas a lo largo del curso las
cuales influyan y ayuden de alguna forma a los músicos.
Por tanto, cuando supimos que Mauricio Weintraub impartiría
una conferencia el día 21 de febrero de 2016 en nuestro conservatorio acerca
del miedo escénico, consideramos que era una buena oportunidad para profundizar
en este tema que afecta e influye de forma considerable en los músicos.
Mauricio W. es un psicólogo y músico argentino que
decidió estudiar y especializarse en el miedo escénico y ha dedicado su carrera
a esta labor.
Desde el primer momento que nos pusimos en contacto
con él no dudó en explicarnos y acercarnos a este mundo de una manera amena e
interesante. Antes de que leáis la entrevista propuesta, creemos que ésta nos
ha servido de forma grata ya que, como veréis, propusimos una entrevista
encaminada y dirigida a la problemática que experimenta el intérprete con el
miedo escénico pero, tras conceder la entrevista, nos hemos dado cuenta que
este miedo es tan solo un síntoma que alarma al músico de un posible problema
pero, que en ningún momento es entendido como un problema en sí.
A continuación, os presentamos la entrevista que nos
concedió:
ENTREVISTADORA (E.): ¿Qué hecho o
circunstancia te hace interesarte por el miedo escénico?
MAURICIO WEINTRAUB (M.W.):
En principio, mi propio miedo escénico. La primera experiencia la tuve a los 7
años cuando me quedé ciego ante una partitura que tenía que cantar durante un
examen. Como la sabía de memoria y cantaba bien nadie se dio cuenta y me
pusieron un 10. Por supuesto yo no pude entender como a todos les había gustado
tanto algo en lo que yo me había sentido tan mal.
El miedo continuó más o menos de la misma manera
durante toda mi carrera. Terminé el Conservatorio Nacional a los 19 años y me
recibí como profesor superior siempre tocando con mucho miedo. Como estudiaba
mucho en los exámenes me iba bastante bien, aunque la pasaba bastante mal.
Después de eso fui tratando de evitar los momentos de exposición hasta que a
los 27 años estaba en una orquesta y allí se decidió que todos los integrantes
teníamos que rendir una prueba para revalidar el puesto. Como era mi lugar de
trabajo no podía no rendirla entonces tuve que aceptar que tendría que afrontar
el tema. En ese momento hacía uno o dos años que ya estaba haciendo terapia
pero nunca había llevado el tema de miedo escénico a la terapia. En ese momento
lo llevé y entonces, a través de la terapia y de la manera en que la psicóloga
(que no era música ni sabía nada de música) comenzó a abordar ese tema, se
abrió para mí un universo inconcebible y pude ver cómo el miedo escénico no era
algo que sólo me pasaba en el escenario sino en muchos otros órdenes de mi
vida. Ese trabajo duró mucho tiempo aunque al poco tiempo ya comencé a sentirme
diferente en el momento de tocar, tanto que gané esa prueba en la orquesta.
Más adelante cuando comencé a sentir que el miedo
escénico se había transformado en mí decidí dar un pequeño curso de uno o dos
días para músicos a los que les pasara lo mismo que a mí me había pasado. Pensé
que vendrían 4 o 5 músicos y para mí sorpresa comenzaron a contactarme muchísimos
músicos de todos los niveles a los que le pasaba algo similar. Allí comencé a
darme cuenta de que esta problemática es increíblemente frecuente entre los
músicos y es secreta, a la mayoría le pasa y casi nadie lo dice. Eso fue en
2002 y desde ese momento una buena parte de mi actividad está relacionada con
este tema.
E.: ¿Sufriste este tipo de miedo en alguna etapa de tu
vida musical? ¿Cómo lo solucionaste?
M. W.: Está respondido en
la respuesta anterior. Sólo agregaría que el miedo escénico no es algo que se
soluciona, porque no es un problema. Es la señal que indica que hay una serie de
desencuentros conmigo mismo. Desencuentros en la manera de tratarme,
desencuentros con mi deseo musical profundo de expresar-me en el momento de
tocar y desencuentros con quién es el destinatario final de mi presentación.
Cuando estos desencuentros comienzan a dejar de suceder (a través del trabajo
en este sentido), la señal comienza a no encenderse.
En definitiva, si podemos escucharlo verdadera y profundamente, el
miedo escénico es nuestro mejor amigo.
E.: ¿Consideras el miedo escénico como un hecho
natural que todo músico debe sufrir alguna vez o, por el contrario, crees que
el miedo escénico es un miedo incompatible con la vida del músico?
M. W.: Hay un temor que
el ser humano experimenta ante todo lo desconocido. Es un temor natural y
saludable, esperable. Así como el bebé nace llorando, toda persona experimenta
temor ante algo que no conoce. Esto ocurre también con el músico cuando
comienza a tocar, muchas veces hay un temor natural, y lo esperable es que este
temor se vaya disolviendo con las presentaciones
Sin embargo, cuando este temor no disminuye sino que se mantiene o
aumenta y además afecta sustancialmente el disfrute y/o al rendimiento estamos
hablando de lo que habitualmente se considera Miedo Escénico. En este sentido
este Miedo Escénico no es natural, no pertenece esencialmente a la vida musical
y no es cierto que deje de aparecer sólo por estudiar más o presentarse más
veces ante el público.
Este miedo escénico debe trabajarse con profesionales que sepan cómo
trabajarlo.
E.: ¿Afecta a más profesiones o en otras
circunstancias que no sea en músicos en conciertos?
M. W.: Sí, por supuesto, puede afectar a cualquier
persona cuya profesión tenga que ver con la exposición (artistas en general,
docentes, expositores, conferencistas, etc.)
E.: ¿Cuáles serían los síntomas?
M. W.: Los síntomas
varían pero en general se ven afectadas las partes del cuerpo que el músico
necesita para tocar. Aunque por supuesto puede haber muchos otros síntomas como
por ejemplo la sudoración, el temblor, la laguna en la memoria, la falta de
aire, etc.
E.: Cómo estudiante de magisterio, he estudiado acerca
de los miedos que pueden surgir en el aula y, sobre las técnicas de extinción
gradual, en las que el alumno se somete a la situación de pánico de forma
progresiva. ¿Aconsejas a los músicos con miedo escénico este tipo de técnicas
o, por el contrario, consideras que deben enfrentarse a su miedo de forma total
desde el primer momento?
M. W.: No estoy ni a favor ni en contra de las técnicas
de extinción gradual así como de muchas otras técnicas que se utilizan para
disminuir el temor. Todas son técnicas para disminuir el síntoma, pero no para
saber sus causas y, en este sentido me parece bien.
Sin embargo, sí estoy en desacuerdo con la mirada a
partir de las cuales se proponen muchas veces (no siempre) estas técnicas y que
parten de la base de que el síntoma (en este caso el miedo) es el problema. Yo
creo que el síntoma no es el problema sino que es la señal que indica que hay
un problema. Como parto de esta base, creo que si se extingue la señal pero no
se soluciona el problema volverán a aparecer la misma u otras señales y de
manera más fuerte. Como decía mi maestro Norberto Levy (un psiquiatra argentino
con quien tuve el placer de formarme, entre otros) “si cuando aparece la luz
que nos indica que nos estamos quedando sin gasolina confundimos la señal
(síntoma) con el problema, haremos algo para que la señal se apague y entonces
es más probable que nos quedemos sin gasolina en el medio de la ruta”.
Haciendo otra analogía creo que combatir la señal es
tratar de apagar el incendio: No me parece mal pero si siempre me estoy
incendiando además de apagar el incendio es fundamental tratar de entender por
qué siempre me estoy incendiando, para poder no incendiarme más.
E.: El miedo escénico, ¿de dónde proviene, porque
razones suele aparecer? Desconfianza, vergüenza, timidez, etc.
M. W.: Aparece por tres cuestiones básicas:
1.
Maltrato interno (fundamentalmente cuando el músico
siente que no tocó como él esperaba hacerlo)
2.
Casi exclusiva atención del músico al aspecto
técnico y casi ninguna intención de expresar-se emocionalmente a través de la
obra.
3.
Tocar con la intención de que a otro (y no a sí
mismo) le guste y, consecuentemente, le dé algo a cambio (una nota, una buena
crítica u opinión, un puesto, un premio, un aplauso o, simplemente, cariño)
E.: ¿Es posible, durante la etapa de músico, sufrir
miedo escénico durante un periodo pasado después de haber actuado de forma
frecuente ante un gran público? Es decir, ¿cuándo suele aparecer?
M. W.: El miedo escénico
puede aparecer antes de una presentación (desde una hora hasta un año antes o
más), durante una presentación o después de una presentación (en forma de
crítica interna). Es decir, el miedo escénico puede aparecer cada vez que el
músico se piensa como músico.
E.: Qué ha sido lo más raro que le haya comentado que
ha hecho un músico para evitar tener miedo escénico?
M. W.: No sé si lo más “raro” pero recuerdo un alumno que
ahora es profesor y da conciertos permanentemente que me contaba que su máximo
temor era orinarse en un escenario. Por supuesto esto nunca le había ocurrido
pero temía estar tocando y sentir ganas de orinar. Ese temor fue cediendo
cuando él comprendió que, si llegara a pasarle, la salida era ir al baño
independientemente de si alguien se enojaba por esta situación. Es decir, a
medida que él fue pudiendo priorizar (o, simplemente, “querer más”) a esa parte
interna que, quizá, tendría ganas de orinar ante el hipotético público que se
enojaría por eso, fue dejando de temer que eso sucediera.
Porque en definitiva esa es, quizá, la enseñanza más
importante (entre muchas otras) que el miedo escénico pueda darnos: Poder
querernos más allá de no ser como quisiéramos ser (o como otros quisieran que
fuéramos), y es en este “poder querernos” como vamos accediendo cada vez más a
ser como quisiéramos ser.
Además, a continuación os adjuntamos algunas fotografías de la conferencia llevada a cabo la semana pasada con Mauricio:

Desde el Conservatorio Ciutat de Moncada, queremos agradecer
a Mauricio Weintraub su atención y dedicación así como la gentileza mostrada al
atendernos en esta entrevista regalándonos su tiempo. Así mismo, animamos a los
lectores a conocerle un poco mejor y a leer alguno de sus artículos y libros,
como “El sentido del miedo escénico”
o “¿Por qué no disfruto en el escenario?
En busca de la comprensión y transformación de las emociones displacenteras en
el momento de hacer música”, así como a visitar su página web.